La transcripción de este folio ha sido corregida
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No hay para mí ni patria ni jardines,
he perdido el amor de mis amores,
y en cambio de placeres y festines
tengo espinas, tormentos y dolores.
No hay para mí la paz tranquila y pura
que ya pasó con los primero años,
no hay para mí ya más que la amargura
que traen al corazón los desengaños.
Sólo tiene mi labio irreverente
horrible maldición con que blasfemo,
hasta que apague en cenagosa fuente
el fuego del dolor con que me quemo.
A ELLA.
(DANZA).
Quise amarla y por caudal,
le ofrecí mi corazón,
sin comprender por mi mal
que era poca proporción.
Sin comprender que no hay una
que cambie amor por amor,
puede que se encuentre alguna
en otro mundo mejor.