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A ti que a darme vienes
tu más preciada flor,
tan sólo puedo darte
lo que soy yo.
Yo soy un pobre bardo,
mas tengo en mi laúd
guardadas las cadencias
del mar de Veracruz,
y al que cual tú me quiere
le doy toda mi fe.
No tengo más riquezas:
¿qué voy a hacer?
HAZME PEDAZOS EL CORAZÓN.
(EL TROVADOR).
Vuelve a la calma, joven divina,
oye mi lira que va a sonar;
la noche corre con el amor,
pues hoy te canta tu Trovador.
Escucha atenta de mí las quejas
que hoy a tus puertas a ti te doy.
Ya no más llanto;
no más sufrir;
mi amor es tuyo,
tuyo sí... sí...
Suena tu lira...