La transcripción de este folio ha sido corregida
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El tiempo es buen amigo
y yo de él me he de valer,
a ver si por medio de él
tuyo soy, tuyo he de ser.
Con el brillo de tus ojos
aumenta más mi pasión;
hermosa, deja de enojos
y dame tu corazón.
Cada vez que te veo,
cada vez que te veo,
me dan ganas de besarte;
pero al ver tu altivez,
pero al ver tu altivez,
no me atrevo a mirarte.
EN UN PALMAR.
En la orilla de un plamar
cantaba una joven bella;
su boquita era un coral,
sus ojitos una estrella.
Al pasar le pregunté
quién, pues, estaba con ella,
y me respondió llorando:
solitita en su lugar.
Soy huerfanita, no tengo padre ni madre,
solita vio en un continuo pesar;
no tengo un amigo que me venga a consolar
solita voy y vengo como las olas del mar.