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EDICIÓN ESPECIAL DE CANCIONES, COPLAS, CORRIDOS, VERSOS Y POESÍAS CÉLEBRES COLECCIONADAS Y PUBLICADAS POR LA TIP. DE LA TEST. DE ANTONIO VANEGAS ARROYO

2a. de Santa Teresa No. 40. MÉXICO. D.F.

DELGADINA

Delgadina se paseaba
del jardín a la cocina,
puras gasas forman el vestido
que a su cuerpo lo ilumina.

Delgadina se encontraba
en su sala muy redonda,
luciendo una brillantina
que en su mano bien asoma.

Levántate, Delgadina,
ponte un vestido muy fino
porque vamos a la misa,
díjole el rey ya sin tino.

Cuando el rey volvió de misa
en su sala la esperaba,
y le dijo: Delgadina,
yo te quiero para dama.

Delgadina le contesta:
como tu hija y mi deber
no debo, no debo ser
para mi madre funesta.

Madre, que estás en el cielo,
no permitas esa ofensa;
a mi madre en recompensa
le daría yo un desconsuelo.

En el momento, los criados:
gritó el rey con mucha mohina:
enciérrenme a Delgadina
y pongan dobles candados.

Oiganme aquí los criados:
no hagan caso a Delgadina;
si les pide de comer
no le den comida fina.

He de pedir de beber
pero dénle agua muy mala,
pues quiero yo obligarla
a que sea mi prenda amada.

Rogaba muy afligida
la pobre de Delgadina:
Enriqueta, hermana mía,
ven, sálvame sin mohina.

Enriqueta, hermana mía,
pronto dame un vaso de agua,
pues yo estoy en agonía
y el rey ya ves lo que fragua.

Delgadina, hermana mía,
el agua no puedo darte;
mi padre mandó encerrarte
y la consigna inhumana.

Madre de mi corazón
regálame un vaso de agua,
que el pecho, como una fragua,
lo tengo en palpitación.

Delgadina, hija adorada,
no te puedo dar el agua,
si tu padre se enteraba
a las dos nos reventaba.

Padre mío, adorado,
estoy sufriendo inocente;
regálame un vaso de agua
porque muero de repente.

El rey ordena enseguida
traigan agua a Delgadina;
un vaso de los de Mida
o en un jarrón de la Chi… na.

Cuando el agua le llevaron
Delgadina no vivía;
sus brazos bien se cruzaron,
su boquita sonreía.

Delgadina está en el cielo
con los ángeles gozando,
y su padre en el infierno
[ILEGIBLE] lo están castigando.

La cama de Delgadina
tiene muchos querubines;
la cama del rey malvado
tiene demonios sin fines.

Ya con ésta me despido
mi rosita purpurina;
aquí se acaba cantando
la canción de Delgadina.

SERIE G
NÚMERO 15
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